Por Raquel Comas, Directora Comercial Perfumeria Comas
Siempre me ha fascinado Tom Ford y su capacidad creativa. Su pasión por el arte y su elegancia innata se pueden percibir tanto en su sofisticada visión de la moda como en su maestría a la hora de dirigir un largometraje en el que cada plano, cada movimiento de cámara y cada detalle están pensados en su justa medida para alcanzar la excelencia. Como amante del cine debo decir que, aunque solo ha dirigido dos películas, son dos verdaderas obras de arte, y estas lo han llevado a la consideración de referente en el mundo de la dirección cinematográfica. En el año 2006 su inagotable fuente de inspiración lo llevó a lanzar su línea de cosméticos y perfumes… un verdadero homenaje a la elegancia.

“La fragancia para mí es sensualidad, calidez, piel… si el traje es una coraza, el perfume es la esencia de la carne, de la sexualidad…” dijo Tom Ford en una entrevista en el momento de presentar sus fragancias.
Me creó gran expectación y curiosidad descubrir su particular visión de la alta perfumería. Y debo decir que no me defraudó…
Cada propuesta está elaborada con la mayor dedicación, cada materia prima elegida de la mejor calidad y cada nota ajustada con gran precisión hasta obtener un aroma único y exclusivo. Sentí de inmediato una conexión especial con sus fragancias y su manera de entender este universo olfativo que tanto me apasiona desde niña. Podría dedicar palabras a todas sus creaciones pero he querido empezar con Eau de Soleil Blanc que se ha convertido en mi fiel compañera de viaje.Mi primer contacto con Eau de soleil blanc fue precisamente en un viaje, o más bien, a través de uno, de forma casual, mientras estaba en un aeropuerto de alguna ciudad del mundo.
Siempre me ha gustado pasear por los aeropuertos, cruzarme con gente de diferentes nacionalidades y observar como se entretienen para aligerar las a veces largas horas de espera entre vuelos en ese espacio de transito. Están los que duermen tumbados en la zona de espera, los que se apresuran hacia la puerta de embarque, los que aguardan en la cafetería, los que curiosean por las tiendas… Uno de mis momentos clave de este paseo es acercarme a la sección de perfumería y conocer las tendencias del país en el que me encuentro. Aquel día, al llegar a esa zona me llamó la atención un precioso mueble de Tom Ford donde se podía observar en el centro su último lanzamiento: Eau de soleil blanc, con su característico y elegante frasco de vidrio esmerilado inspirado en la forma de una pieza de ajedrez, pero esta vez bañado en color crema.
Su aroma me enamoró desde el primer momento a la vez que me transportó de inmediato a un paseo por los rincones más exóticos de este planeta. Es una verdadera delicia, una experiencia sensorial única. Las notas de salida son chispeantes y alegres gracias a la combinación cítrica-especiada compuesta por una grácil bergamota, una naranja amarga y una ingeniosa cidra que se unen a la perfección con un toque muy sutil de pimienta y cardamomo. Si esas primeras notas se adaptaron muy bien a mi piel, la evolución del jugo no dejó de sorprenderme al dar paso a una conjugación de flores blancas, jazmín, nardos e ylang ylang descubriendo una sensualidad voluptuosa con un toque empolvado. Para cerrar la partitura, el perfume se consolida con notas de ámbar, vainilla, benjuí, haba tonka junto con una deliciosa nota de coco cremoso que aporta sin duda singularidad y carácter a la fragancia. Debo decir que este encuentro del jugo cítrico floral picante con las exóticas notas de fondo son el momento culminante de su expresión y el que da inmensidad a la composición.Un mes después Eau de Soleil blanc empezó a comercializarse en España y me hizo muy feliz encontrarme con ella de nuevo. Anhelaba la agradable sensación de su aroma fundiéndose en mi piely poder sentir de nuevo la emoción de ese primer encuentro. Desde entonces se ha convertido en un imprescindible para mí.
Es delicada, sensual, exótica, adictiva y muy exquisita. Se podría definir como una fragancia solar pero en su versión más sofisticada. Cada vez que. la pulverizo en mi piel me hace evadir por completo y me traslada a una playa del pacifico. Su composición es tan perfecta que hasta puedo sentir la brisa del mar y la sensación de libertad de pasear descalza por la fina arena. Es mi principal aliada en los días más cálidos del verano, el complemento perfecto a la hora de viajar e incluso se ha convertido en un talismán para combatir los días más fríos del año. Cuando el viento obstinado y la niebla te impiden ver al tímido sol de invierno, Eau de soleil blanc te transmite libertad, felicidad y la sensación de vivir en un verano eterno.
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